martes, 5 de diciembre de 2017

Pariotiditis

         Parotiditis:

Es una infección viral que afecta principalmente a las glándulas parótidas, uno de los tres pares de glándulas salivales, situadas debajo y delante de los oídos.

Historia natural de la enfermedad:
Etiología:
Al entrar el virus al organismo principalmente se aloja en las glándulas parotídeas  provoca una infección .
Factores:
-Inmunización incompleta, junto con la exposición de las personas a enfermos con paperas.

-Edad: El riesgo más alto para contraer paperas, se da en niños entre 2-12 años de edad.
-Temporada: existe una mayor probabilidad  durante la temporada de invierno / primavera.
-Viajes a regiones de alto riesgo del mundo: África, India y sudeste asiático, cuyas áreas tienen una muy baja tasa de vacunación.
-Sistema inmune debilitado: ya sea debido a las enfermedades, como VIH, SIDA, cáncer o medicamentos de uso oral esteroide,  durante más de dos semanas,  y quimioterapia
-Nacidos antes de 1956: se cree que estas personas, han tenido infección de paperas  en la infancia, y si no las han contraído, se corre el riesgo de padecer paperas en el adulto.
Cuadro clínico:
-Fiebre
-Dolor de cabeza y malestar general
-Dolor muscular
-Pérdida del apetito
-Debilidad y fatiga
Diagnóstico:
Se debe recoger una muestra con una torunda de la mucosa de la faringe para determinar la presencia del virus a través de cultivo o mediante la detección de su material genómico con la reacción en cadena de la polimerasa (PCR).
Ambas pruebas son capaces de detectar el virus incluso varios días antes de los síntomas y hasta 4-5 días después de que desaparecen. Asimismo, cualquiera de las dos detecciones se pueden aplicar a muestras de orina, que incluso en este caso puede llegar a ser positivo hasta dos semanas después de resuelto el cuadro. Tanto el cultivo como la PCR serán más útiles en pacientes vacunados, pero que desarrollan la infección por vacunas parcialmente eficaces o ineficaces.



Tratamiento:
Paracetamol (Acetaminofén)
Analgésico y antipirético, inhibidor de la síntesis de prostaglandinas periférica y central por acción sobre la ciclooxigenasa. Bloquea la generación del impulso doloroso a nivel periférico.

Amigdalitis


Es la inflamación de las amígdalas, dos almohadillas de tejido en la parte posterior de la garganta de forma ovalada, una en cada lado. Los signos y síntomas de la amigdalitis incluyen las amígdalas inflamadas, dolor de garganta y dificultad para tragar.

Tipos:
En la amigdalitis aguda: el período de incubación desde que una persona se infecta hasta que muestra los síntomas es difícil de establecer dada la gran variedad de microorganismos que pueden causarla, pudiendo ir de unas horas a una semana. Esta infección produce dolor de garganta al tragar, fiebre, aparición de ganglios cervicales y malestar general; algunas veces hay también dolor de cabeza o de barriga. Las amígdalas tienen un aspecto muy enrojecido, a veces con la presencia de placas de pus o una especie de membranas blanquecinas en su superficie.

La amigdalitis crónica: da una molestia persistente en la garganta, a veces con pérdida de apetito y cansancio, y pueden tener ganglios permanentemente inflamados o incluso producir una infección en otros órganos del cuerpo. Si las anginas son de gran tamaño pueden crear problemas obstructivos respiratorios y del sueño, así como alteraciones en el desarrollo del paladar y colocación de los dientes. En la amigdalitis caseosa suele haber episodios de dolor y halitosis.


Etiología:
Cuando el virus entra este provoca la inflamación de las amígdalas.
Factores:
La edad temprana. La amigdalitis es más común en los años de preescolar a los años intermedios de la adolescencia.
La exposición frecuente a los gérmenes. Los niños en edad escolar están en estrecho contacto con sus pares y con frecuencia expuestos a virus o bacterias que pueden causar amigdalitis.
Cuadro clínico:
-Inflamación de las amígdalas
-Manchas blancas o amarillas en las amígdalas
-Inflamación de los ganglios linfáticos
-Dolor de garganta
-Dolor o dificultad al tragar (disfagia)
-Tos
-Dolor de cabeza
-Dolor en los ojos
-Dolores en el cuerpo
-Dolor de oídos
-Fiebre
-Escalofríos
-Congestiones nasales
-Ulceración
Diagnóstico:
Un examen breve suele ser suficiente para que un médico diagnostique una inflamación de las amígdalas. Si fuera necesario se solicitan pruebas complementarias como un análisis de sangre o un exudado.
Tratamiento:
Los tratamientos para reducir el malestar de los síntomas de la amigdalitis incluyen el alivio del dolor, anti-inflamatorios, medicamentos para bajar la fiebre, como el paracetamol, acetaminofeno y el ibuprofeno, y el alivio de dolor de garganta (gárgaras de agua salada, pastillas, líquidos calientes).
Se debe guardar reposo. Los líquidos, sobre todo tibios (no calientes), templados y muy fríos alivian la garganta. Asimismo, hacer gárgaras con agua tibia con sal o succionar pastillas (que contengan benzocaína o ingredientes similares) reducen el dolor.
Los tratamientos para reducir el malestar de los síntomas de la amigdalitis incluyen el alivio del dolor, anti-inflamatorios, medicamentos para bajar la fiebre, como el paracetamol, acetaminofeno y el ibuprofeno, y el alivio de dolor de garganta (gárgaras de agua salada, pastillas, líquidos calientes).

Se debe guardar reposo. Los líquidos, sobre todo tibios (no calientes), templados y muy fríos alivian la garganta. Asimismo, hacer gárgaras con agua tibia con sal o succionar pastillas (que contengan benzocaína o ingredientes similares) reducen el dolor.

Antibióticos

Si la amigdalitis es causada por una infección bacteriana, su médico le recetará un tratamiento con antibióticos. La penicilina por vía oral durante 10 días es el tratamiento antibiótico más comúnmente prescrito para la amigdalitis causada por estreptococos del grupo A. Si su hijo es alérgico a la penicilina, su médico le recetará un antibiótico alternativo.

Su hijo tiene que tomar el curso completo de antibióticos según lo prescrito, incluso si los síntomas desaparecen por completo. Si no se toman todos los medicamentos según las indicaciones puede resultar en el empeoramiento o que la infección se extienda a otras partes del cuerpo. No completar el ciclo completo de antibióticos puede, en particular, aumentar el riesgo de su hijo de la fiebre reumática y la inflamación grave de los riñones.

Cirugía

La cirugía para extirpar las amígdalas (amigdalectomía) se puede utilizar para tratar la amigdalitis con frecuencia recurrente, amigdalitis crónica, o amigdalitis bacteriana que no responde al tratamiento antibiótico. La amigdalitis frecuente se define generalmente como:

Más de seis episodios en un año
Más de cuatro episodios al año más de dos años
Más de tres episodios al año más de tres años
La amigdalectomía se puede realizar si los resultados de amigdalitis resulta en complicaciones difíciles de manejar, tales como:

Apnea del sueño obstructiva
Dificultad para respirar
Un absceso periamigdalino que no mejora con el tratamiento antibiótico
La amigdalectomía se hace generalmente como una cirugía de un día. Eso significa que su hijo debe ser capaz de regresar a casa el día de la cirugía. Una recuperación completa por lo general tarda entre siete y 10 días.

Bronquitis

       Bronquitis:

Es  la inflamación de los conductos que llevan aire a los pulmones.Cuando el virus entra al organismo provoca que los bronquios se inflamen como consecuencia afecta alas conductos que transportan el aire.

Factores:
Fumar : El humo del tabaco (y el humo como fumador pasivo) irrita los bronquios y el tejido pulmonar.
Tener la enfermedad de reflujo gastroesofágico. La persistencia de los ácidos del estómago al esófago en las vías respiratorias puede causar tos crónica.
Tener una menor resistencia a las infecciones. Los niños pequeños, personas mayores y aquellos con un sistema inmune debilitado debido a diferentes enfermedades crónicas son más susceptibles a las infecciones respiratorias.
Cuadro clínico:
Tos: con flema, seca o crónica
Todo el cuerpo: fatiga o malestar
Nasales: congestión nasal o goteo posnasal

También comunes: dificultad para dormir, dificultad para respirar, dolor de cabeza, dolor de garganta u opresión en el pecho

Diagnóstico:
Examinar la mucosidad (expectoración) para ver si usted tiene una infección bacteriana.
Analizar las concentraciones de oxígeno que usted tiene en la sangre. Para hacerlo usará un sensor que se pone en un dedo de la mano o del pie.
Recomendar que se haga una radiografía de tórax, unas pruebas de función pulmonar o unas pruebas de sangre.

Tratamiento:Los principales objetivos del tratamiento de la bronquitis aguda y crónica consisten en aliviar los síntomas y hacer que sea más fácil respirar.

Si usted tiene bronquitis aguda, el médico puede recomendarle que descanse, tome muchos líquidos y tome aspirina (si es adulto) o acetaminofén para la fiebre.

Para la bronquitis aguda por lo general no se recetan antibióticos, porque los antibióticos no actúan contra los virus, que son las causas más frecuentes de la bronquitis aguda. Sin embargo, si el médico cree que usted tiene una infección bacteriana, le puede recetar antibióticos.

Con ayuda de un humidificador o de vapor se puede aflojar la mucosidad y aliviar las sibilancias y el flujo limitado de aire. Si la bronquitis causa sibilancias, es posible que usted necesite una medicina inhalable para despejar las vías respiratorias. Esta medicina se toma con un inhalador. Este dispositivo le permite a la medicina llegar directamente a los pulmones.

El médico también puede recetarle medicinas para aliviar o disminuir la tos y para la inflamación de las vías respiratorias (especialmente si la tos persiste).

Si sufre bronquitis crónica y le han diagnosticado además enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (llamada COPD en inglés), tal vez necesite medicinas para despejar las vías respiratorias y eliminar la mucosidad. Entre estas medicinas se cuentan los broncodilatadores (inhalables) y los esteroides (inhalables o en pastillas).

Si tiene bronquitis crónica, el médico puede recetarle terapia con oxígeno. Este tratamiento puede ayudarle a respirar mejor y le proporciona al cuerpo el oxígeno que necesita.

Una de las mejores formas de tratar la bronquitis aguda y crónica es eliminar lo que causa irritación y daño en los pulmones. Si usted fuma, es muy importante que deje de hacerlo.

Pregúntele a su médico qué programas y productos pueden ayudarle a dejar de fumar. Trate de evitar el humo de otros fumadores y los irritantes pulmonares como polvo, gases, vapores y contaminación del aire.



Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC):

Es una enfermedad progresiva que causa dificultad para respirar.
Tipos:
Bronquitis crónica: se caracteriza por la inflamación de las vías aéreas y un aumento en la producción de moco, como respuesta del organismo ante estímulos nocivos como el humo del tabaco. Se define como la presencia de tos con moco o expectoración diaria durante al menos tres meses al año, durante dos años consecutivos, excluyendo otras causas de tos como, por ejemplo, una infección respiratoria.

A este tipo de EPOC, cabe añadir una característica nueva y con interés terapéutico, que se define como agudizador o no agudizador. Se refiere al número de descompensaciones de la enfermedad en un año, siendo agudizador el que presenta dos o más crisis moderadas-graves al año. A estos pacientes se les reforzará el tratamiento antiinflamatorio en su terapia diaria.
Enfisema: se caracteriza por la destrucción de la pared de las vías aéreas de menor tamaño llamadas alvéolos, lo que dificulta el adecuado intercambio de oxígeno en los pulmones. En este grupo también se contempla con interés terapéutico la característica de agudizador o no agudizador, con los mismos criterios.
EPOC-ASMA: en este grupo se incluyen aquellos pacientes que combinan la definición de EPOC, pero cuyas descompensaciones se suelen caracterizar por crisis asmáticas, y por tanto, reversibles con tratamiento adecuado. Desde el punto de vista de la espirometría diagnóstica, presentan una obstrucción al flujo aéreo, pero con cierta reversibilidad si se aplica un determinado tratamiento broncodilatador.

Historia natural de la enfermedad:
Etiología:
Va desgastando los pulmones poco a poco hasta que estos se obstruyen y cada vez es más difícil poder llevar a cabo el ciclo de la respiración .

Factores:
El mayor factor de riesgo de la EPOC es el uso de tabaco prolongado. El vínculo entre fumar y
EPOC tiene una relación de cantidad: cuanto más se fuma (más paquetes, durante más años o
Ambos), mayor es el riesgo de desarrollar la EPOC. Estar expuesto al humo de otras personas
También aumenta el riesgo de desarrollar la EPOC.
Otros factores de riesgo relacionados con la EPOC:
Exposición al polvo y químicos en el puesto de trabajo. El silicio, el carbón en polvo y
Ciertos químicos y vapores irritan los pulmones y aumentan el riesgo de desarrollar la EPOC.
 Edad. Como la EPOC necesita años para desarrollarse, los pacientes de más edad tienen más
Posibilidades de padecerla que la gente joven.
Genética. Se sabe que, por lo menos, un trastorno genético llamado “deficiencia de alpha1-antitripsia” causar la EPOC. Ciertos factores genéticos podrían explicar por qué algunos fumadores desarrollan la EPOC y otros no.
Cuadro clínico:
-Tos y aumento de la mucosidad, normalmente al levantarse por la mañana.
 -Tendencia a sufrir resfriados de pecho.
 -El esputo que se produce durante estos resfriados con frecuencia se vuelve amarillo o verde debido a la presencia de pus.
 -A medida que pasan los años, estos catarros de pecho se vuelven más frecuentes.
 -Respiración sibilante.
 -Sensación de ahogo cuando se hace un esfuerzo y, más adelante, ahogo en actividades diarias, como lavarse, vestirse y preparar la comida.
 -Un tercio de los pacientes experimenta pérdida de peso importante.
 -Hinchazón en las piernas, debida a la insuficiencia cardiaca.
Diagnóstico:
-Radiografía del tórax. No se debe utilizar para hacer el diagnóstico de EPOC por cuanto puede ser normal en etapas iniciales de la enfermedad y ningún signo radiológico se ha correlacionado con la gravedad o el pronóstico de la enfermedad. Es recomendable en la evaluación inicial para excluir otras enfermedades relativamente frecuentes como cáncer de pulmón, tuberculosis y enfermedad ocupacional. Puede sugerir la presencia de hiperinflación, hipertrofia de cavidades derechas e hipertensión pulmonar.
- Gasometría arterial. Está indicada en la evaluación inicial de los pacientes con obstrucción
Grave o muy grave y en aquellos con manifestaciones clínicas de hipoxemia (cianosis, cor pulmonar e hipertensión pulmonar) para determinar la necesidad de oxigenoterapia ambulatoria. En etapas avanzadas la hipoxemia se asocia con frecuencia a hipercapnia, otro marcador de gravedad de la EPOC.
-Hemoglobina y hematocrito para descartar policitemia asociada a hipoxemia.
- Prueba de marcha o caminata de 6 minutos (C6M). Su expresión como la mayor distancia recorrida (en metros) en ese período de tiempo, refleja la capacidad funcional del paciente.
Tratamiento:
Los principales objetivos para el tratamiento de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) consisten en disminuir la progresión de la enfermedad, aliviar y tratar los síntomas y las reagudizaciones, mejorar la calidad de vida de los pacientes, y disminuir la mortalidad.

Dejar de fumar es la medida más importante para disminuir el riesgo de desarrollar EPOC y para frenar la progresión de la enfermedad, incluso después de una larga historia de tabaquismo. Existen, además de las medidas de apoyo psicológico, varios medicamentos que ayudan a controlar la ansiedad que produce el abandono del hábito tabáquico, como terapia sustitutiva con nicotina (en forma de chicles, parches transcutáneos, tableta sublingual, grageas…), y algunos antidepresivos o sustancias de reciente aparición, que actúan en el organismo de forma similar a la nicotina.
El tratamiento farmacológico en la EPOC se utiliza para controlar los síntomas y para disminuir la frecuencia y la gravedad de las reagudizaciones. Hay dos tipos de fármacos:

Broncodilatadores: se utilizan agonistas beta 2, anticolinérgicos y metilxantinas, y su función consiste en aumentar el diámetro del bronquio que en este tipo de pacientes se encuentra obstruido. Se administran de forma inhalada (mediante sprays) ya que así llega mayor cantidad de fármaco al pulmón con menos efectos secundarios para el organismo. Existen varios tipos: cartucho presurizado, cámara de inhalación o polvo seco. Los más conocidos son el salbutamol, el salmeterol, formoterol, y de más reciente uso, el indacaterol y vilanterol.
Fármacos antiinflamatorios: llamados esteroides, disminuyen la inflamación de la mucosa del bronquio. Existen formulaciones por vía inhalatoria, y también por vía oral en el caso de las reagudizaciones. Son muy recomendables en el tratamiento diario de los tipos agudizadores, ya que evitan de manera notable el número de descompensaciones. También son de especial utilidad en el EPOC-asma.
Otros tratamientos: solo recomendados en algunos pacientes. Se utilizan mucolíticos o sustancias que ayudan a expulsar el moco, antitusivos que disminuyen la frecuencia de la tos y, en el caso de las reagudizaciones, es frecuente el uso de antibióticos para el tratamiento de infecciones respiratorias.
Oxígeno domiciliario: recomendado en pacientes en estadios avanzados de la enfermedad; aumenta la supervivencia y mejora la capacidad de ejercicio. Es necesario durante un mínimo de 16 horas al día.
Menos frecuentes son los tratamientos quirúrgicos para la EPOC, como la cirugía de reducción de volumen pulmonar (en algunos casos de enfisema severo), la bullectomía (muy poco utilizada, elimina las partes del pulmón que están dañadas por la formación de bullas o aumento de tamaño de los bronquios más pequeños), o el trasplante pulmonar. Nunca se utilizan de primera elección.

Los pacientes en estadios avanzados pueden precisar en determinadas ocasiones ventilación mecánica o, lo que es lo mismo, conexión a máquinas especiales que favorecen la función pulmonar.

Todos los pacientes con EPOC deben vacunarse anualmente contra la gripe estacional, y cada cinco años contra el neumococo, bacteria implicada de forma frecuente en infecciones que afectan al pulmón (neumonía). De esta forma se intenta disminuir la frecuencia e intensidad de las reagudizaciones.

lunes, 4 de diciembre de 2017

Uretritis

          Uretritis:


Es una inflamación aguda de la mucosa de la uretra. La inflamación de la uretra es, al igual que la cistitis, una infección de las vías urinarias bajas



Historia natural de la enfermedad:
AGENTE:
La uretritis puede ser causada por bacterias o virus. Las mismas bacterias que causan las infecciones urinarias (E. coli) y algunas enfermedades de transmisión sexual (clamidia, gonorrea) pueden llevar a que se presente uretritis. Las causas virales de la uretritis incluyen el virus del herpes simple y el citomegalovirus.
Otras causas abarcan:
Lesión
Sensibilidad a químicos utilizados en espermicidas o jaleas, cremas o espumas anticonceptivas.

Medio : atraves del contacto directo con el virus .

HUESPED :
Hombres entre …ver más…
Furadantina tabletas 100 mg,c/30
Eritromicina.( Suspensión 125 mg, 120 ml)
Doxiciclina (tabletas 100mg , c/10)
Cefalexina ,(tabletas 500 mg, c/20)
Ciprofloxacino (8 tabletas o capsulas 250 mg)
Las personas con uretritis que estén en tratamiento deben abstenerse de tener relaciones sexuales o del uso de condones durante éstas. El otro miembro de la pareja también debe tratarse si la causa de la inflamación es un organismo infeccioso, la prevención de la diseminación de la infección y eliminar su causa.
La uretritis causada por traumatismo o irritantes químicos se trata evitando las fuentes de la lesión o la irritación.

Etiología:
Las bacterias o virus al entrar comienzan a expandirse hasta que provocan la enfermedad y esta se complica.

Factores:
Ser mujer en los años reproductivos
Ser varón con edad de 20 a 35 años
Tener muchas parejas sexuales
Comportamientos sexuales de alto riesgo (como el sexo anal sin condón)
Historia de enfermedades de transmisión sexual

Cuadro clínico:
Dolor o ardor al orinar (disuria)
Necesidad de orinar con más frecuencia (polaquiuria)
Dificultad para comenzar a orinar
La uretritis también puede causar picazón, dolor o incomodidad cuando la persona no está orinando.

Otros síntomas de la uretritis son:
Dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia)
En los hombres, sangre en el semen o la orina
Diagnóstico:
El examen físico, incluyendo los genitales, el abdomen y el recto
Los análisis de orina para gonorrea, clamidia u otras bacterias
El examen de cualquier flujo bajo el microscopio
Los exámenes de sangre con frecuencia no son necesarios para el diagnóstico de la uretritis. Pero los análisis de sangre se pueden hacer en ciertas situaciones.
Tratamiento:
La mayoría de las veces el tratamiento de la uretritis es empírico, es decir, se inicia el tratamiento con antibióticos porque se tiene una alta sospecha de que exista infección, pero realmente no existe una confirmación definitiva. Hasta un 40-50% de los casos de uretritis tienen una causa mixta (Chlamydia-Neisseria gonorrhoeae), por lo que se recomienda que el tratamiento empírico cubra ambos gérmenes. De hecho, ante cualquier situación en la que no se pueda acceder a los mínimos recursos diagnósticos, cuando un paciente presenta signos y síntomas de uretritis se recomienda el tratamiento sindrómico mediante ceftriaxona (una única dosis intramuscular) y azitromicina (una única dosis vía oral administrada de forma simultánea). Es importante iniciar éste lo antes posible una vez se hayan recogido las muestras (250 mg intramuscular de ceftriaxona + 1 gr de azitromicina oral ó 100 mg de doxiciclina cada 12 h durante una semana).

La detección aislada de algunos gérmenes como Ureaplasma urealyticum o Mycobacterium hominis en pacientes asintomáticos no es indicación para iniciar tratamiento antibiótico, ya que es frecuente que estos gérmenes sean colonizadores del aparato genital; es decir, que se encuentran de forma natural en la uretra sin producir enfermedad.

Sin la administración de un tratamiento, los síntomas pueden remitir en un periodo de semanas o meses, pero el paciente afectado probablemente seguirá siendo contagioso. En infecciones por Chlamydia no tratadas se ha comprobado que el germen persiste durante 15 meses al menos.

Ante un caso de uretritis es importante tratar a las parejas de los afectados, pues como hemos dicho se trata de una infección de transmisión sexual. El manejo de las parejas es el siguiente:

Chlamydia: todas las personas con las que haya tenido contacto sexual el paciente durante los dos últimos meses deben ser evaluadas en consulta por un médico. Así mismo, la última pareja con la que el paciente ha mantenido relaciones sexuales, aunque hayan pasado más de 60 días, también debe ser valorada.
Neisseria: todas las parejas de los pacientes con diagnóstico de gonococia con las que haya mantenido relaciones sexuales en los últimos dos meses deben ser evaluadas en consulta. En el caso de pacientes con diagnóstico de uretritis gonocócica, por tener un periodo de incubación muy corto, basta con testar a los contactos de las 2-3 semanas previas a la aparición de signos y síntomas. En todos los casos también debe ser estudiada la última pareja con la que el paciente ha mantenido relaciones sexuales aunque hayan pasado más de 60 días.
En algunas ocasiones la uretritis se trata sin que exista una resolución de ella. La presencia de síntomas, sin signos clínicos o hallazgos de laboratorio de inflamación uretral, no es base suficiente para volver a iniciar un nuevo tratamiento. En caso de procesos recurrentes de probable uretritis puede deberse a::

Incumplimiento terapéutico; es decir, el paciente no cumple correctamente el tratamiento que se le ha indicado.
No tratamiento de la pareja sexual en infecciones previas.
Que haya existido una nueva exposición con una pareja sexual que no se ha tratado o con una nueva. La causa más frecuente de reaparición de los síntomas tras un tratamiento correcto es la reinfección, más que el fracaso del tratamiento.
En pacientes con síntomas persistentes, la infección se podría deber a otros microorganismos, o a una causa no infecciosa (alérgica, autoinmune).
Si el paciente ha cumplido el tratamiento prescrito inicialmente, y también se descarta una nueva exposición, se sospechan causas infrecuentes de uretritis.
No es necesario realizar un seguimiento de los pacientes correctamente tratados cuyos síntomas hayan desaparecido y no hayan vuelto a tener relación con un contacto no tratado. Sí es recomendable el control en embarazadas y en pacientes que hayan seguido tratamiento con determinados antibióticos.

Las complicaciones más importantes que pueden aparecer durante una uretritis son la epididimitis, orquioepididimitis o prostatitis en varones (inflamación del epidídimo, del epidídimo y del testículo y de la próstata, respectivamente) y la enfermedad inflamatoria pélvica (endometritis, salpingitis) en mujeres. Otras complicaciones más graves como la infección gonocócica diseminada (aparece en el 1-2% de infeccione

Litiasis Renal

   Litiasis Renal:

Enfermedad en la cual se produce   la formación de un trozo de material sólido compuesto de sales de fosfato y carbonato cálcico o úricas, dentro del riñón a partir de sustancias que están en la orina.

Etiología:
Los cálculos del riñón pueden producir una obstrucción en la salida de la orina produciendo un intenso dolor que aparece en la zona renal (lumbar o espalda baja) y se irradia hacia el abdomen y los genitales, este cólico sobreviene cuando un cálculo ingresa en el uréter.
Factores:
-No Hay Suficiente Calcio
-Obsesión con los Vegetales de Hojas Verdes
- Demasiada Sal Procesada
-Muy Pocos Cítricos (y Vegetales de Todo Tipo)
-Abuso de los Laxante sus Padres

Cuadro clínico:
La manifestación típica es el cólico renal, que es un dolor en la región lumbar, que se extiende a la sínfisis púbica, genitales externos y cara interna de los muslos. En caso de obstrucción uretral se desarrolla dolor suprapúbico. El dolor aparece cuando el cálculo pasa forzadamente por el uréter con la luz estrecha. Pueden presentarse también náuseas y vómitos, tenesmo y polaquiuria, escalofríos y fiebre (con ITU acompañante), incluso hipotensión y síncope (en casos con dolor muy fuerte), a veces hematuria. En la exploración física dolor local (puñopercusión fuertemente positiva) y tensión elevada de los músculos del mismo lado. Las manifestaciones desaparecen tras la desobstrucción y restitución del flujo de orina con paso del cálculo a la vejiga urinaria y la expulsión espontánea. En ~50 % de los casos la nefrolitiasis cursa de forma recurrente.
Diagnóstico:
1. Análisis de orina: en 3/4 de los casos aparece hematuria o hematuria microscópica, en ~3 % de los enfermos leucocituria y bacteriuria por una ITU acompañante.
2. Análisis de sangre: no existe una alteración específica, a menudo moderada leucocitosis (<15 000/µl); el aumento de la VHS y de la concentración de proteína C-reactiva indican coexistencia de ITU.

3. Pruebas de imagen: para identificar los cálculos y evaluar la dilatación de las vías urinarias. La radiografía simple de abdomen puede mostrar cálculos radiopacos y, junto con la ecografía, es el método de evaluación inicial en pacientes con cólico nefrítico. Ecografía del sistema urinario: es la prueba de imagen inicial en pacientes con el cólico nefrítico en anamnesis y la exploración de elección en embarazadas. Escáner helicoidal sin contraste: se realiza en caso de duda diagnóstica o como la prueba de imagen de elección. Urografía: se realiza cuando el escáner no proporciona la información diagnóstica necesaria o no está disponible, así como cuando se planifica la intervención urológica.

Tratamiento: Nueve de cada diez cálculos situados en el uréter se expulsan de forma espontánea en el trascurso de tres o cuatro semanas, aunque depende del tamaño y la posición. De hecho, el objetivo principal del tratamiento de la litiasis renal es prevenir la aparición de nuevos cálculos. De todas formas, cualquier cálculo no expulsado en 2 meses requiere actuación terapéutica.
Los médicos recomiendan colar la orina, para poder conservar el cálculo y poder analizarlo. Para facilitar su expulsión, se han de tomar entre seis y ocho vasos de agua por día para producir una gran cantidad de orina. El dolor puede ser muy fuerte, por lo que puede ser recomendable tomar analgésicos, como ibuprofeno o  naproxeno.
Cuando el cálculo es demasiado grande para salir por sí solo, está creciendo, bloquea el flujo de orina o está causando una infección o daño renal o si el dolor es incontrolable, se recurre a la cirugía.

Gastritis

          Gastritis:


Es la inflamación del revestimiento interno (mucosa) del estómago. Puede ser causada por una infección bacteriana (como el Helicobacter pylori) o viral, por enfermedades autoinmunes (como la anemia perniciosa, una forma de anemia que ocurre cuando el estómago carece de una sustancia que es necesaria para la absorción y digestión de vitamina B12) o por el reflujo de bilis hacia el estómago (reflujo biliar).

Historia naturalEtiología:
Puede ser ocasionada por la irritación prolongada debido al uso de medicamentos AINE (antiinflamatorios no esteroideos), infección con la bacteria Helicobacter pylori, anemia perniciosa (un trastorno autoinmune), degeneración del revestimiento del estómago por la edad o por reflujo biliar crónico
Factores:
El exceso de alcohol.
• A la utilización de ciertos medicamentos, como la aspirina y otros antiinflamatorios.
• Vómitos crónicos.
• El exceso de secreción de ácido gástrico, como el provocado por el estrés.
• La ingestión de sustancias corrosivas o cáusticas.

Cuadro clínico:
• Ardor de estómago.
• Nauseas.
• Vómitos.
• Indigestión abdominal.
• Hipo.
• Pérdida de apetito.
• Sensación de distensión del abdomen.
• Vómitos con sangre de color negro o en posos de café molido.
• Deposiciones negras.

Diagnóstico:
En los pacientes que presentan una hemorragia digestiva franca el diagnóstico es fácil, ya que la sintomatología que el paciente refiere y la historia precedente de la toma de medicación gastropexia nos orienta hacia la gastritis hemorrágica. La gastroscopia y la visualización de esas imágenes endoscópicas son diagnósticas, ya que se aprecia el tamaño de las lesiones y es útil para hacer una biopsia en caso de duda histológica.
Tratamiento:
 Antiácidos: Enfocados a reducir el ardor estomacal disminuyendo los ácidos del estómago. Es el medicamento para la gastritis más usado, ya que en casi todo tipo de gastritis se puede usar. Las marcas más famosas son Mylanta, Rolaids y Alka-Seltzer. Se suelen encontrar en formato jarabe y en algunos casos en formato sobre.
Hay que apuntar que podremos experimentar diarrea como efecto secundario directo de este medicamento.


Bloqueadores de histamina 2: Muy relacionados con los antiácidos, están enfocados a reducir los ácidos del estómago. Una diferencia importante es que estos son menos agresivos, pudiendo incluso comprarlos sin receta médica. Las marcas más importantes son Pepcid AC y Zantac 75.


Inhibidores de la bomba de protones: Otra forma de reducir ácidos y aliviar el dolor, quizá más eficaz que los bloqueadores. Las marcas más famosas son Prevacid, Zegerid y Protonix.
Generalmente estos medicamentos se suelen recetar junto con un tratamiento adicional, ya que por sí solos reducen ácidos pero no es suficiente como para curar una gastritis, donde también interviene la alimentación, hábitos, estrés e incluso infecciones (normalmente por H. Pylori).

Tuberculosis

   Tuberculosis:                                 

Es una enfermedad causada por bacterias que se propagan por el aire de una persona a otra. Si no se trata adecuadamente, esta afección puede ser mortal. Las personas infectadas por bacterias de la tuberculosis que no están enfermas pueden necesitar tratamiento para prevenir la enfermedad de tuberculosis en el futuro. Infórmese sobre cómo reconocer los síntomas de la enfermedad de tuberculosis y saber si tiene riesgo de contraerla.
Tipos:
Tuberculosis pulmonar: Es una enfermedad infecciosa muy común, que puede adoptar una forma aguda o crónica, y ser localizada (abarca sólo un tejido, en este caso en el parénquima pulmonar) o generalizada (se disemina a dos o más tejidos). En la mayoría de los casos, la enfermedad ataca los pulmones. Es de suma importancia el comprender que la tuberculosis se debe a bacterias propagadas de una persona a otra, por lo que la mayoría de los niños con esta enfermedad han sido infectadas por otra persona, generalmente un adulto que padece tuberculosis pulmonar. 

La tuberculosis extra pulmonar se presenta más frecuentemente en personas de raza negra y orientales, en mujeres y niños luego de la infección primaria. Las infecciones delas mucosas y serosas se deben a la diseminación de las secreciones respiratorias. Las infecciones por extensión linfohematógena son posteriores a la infección primaria. La diseminación de la infección inicial se produce por la falta de desarrollo de una respuesta inmune adecuada, dando lugar a una enfermedad con múltiples lesiones en distintos órganos del cuerpo, pero su presentación clínica puede ocurrir posteriormente a la infección inicial. La linfadenitis y osteomielitis de las vértebras y costillas, son unas de las presentaciones clínicas más frecuentes de la tuberculosis extra pulmonar. Los ganglios linfáticos cervicales, principalmente la cadena cervical anterior, son los que se afectan más comúnmente. A partir de nódulos linfáticos mediastínicos, los más afectados son los del grupo para traqueal derecho.

Tuberculosis miliar: Es una forma más significativa de la diseminación linfohematógena masiva del bacilo tuberculoso. Hay compromiso activo de dos o más órganos. Obtiene su nombre según dos descripciones anecdóticas. La primera describe las lesiones macroscópicas en cualquier órgano comprometido como granos de millo, y la segunda describe miles o millones de lesiones sembradas en todos los órganos afectados. Frecuente en lactantes y riñoes pequeños, adultos y adolescentes malnutridos o inmunosuprimidos.

Posteriormente estas siembras progresan de focos primarios pulmonares (Tuberculosis primaria masiva), pasando a ganglios que drenan a venas pulmonares, después a corazón izquierdo, de ahí a órganos extra pulmonares y/o vasos linfáticos. Posteriormente a corazón derecho y por último a ápices pulmonares. Las cavernas pueden generar diseminación hematógena pulmonar.

Tuberculosis crónica hematógena: Se origina a través de la diseminación de focos extra pulmonares crónicos y silenciosos. Es más frecuente en pacientes con edad avanzada que se presentan con fiebres intermitentes de origen desconocido, aunque el 30% pueden estar afebriles, y en ocasiones presentar trastornos hematológicos como anemia refractaria al tratamiento, leucopenia, trombocitopenia, reacciones mielo leucémicas y agrandamiento del bazo.

Tuberculosis pleural: Se considera extra pulmonar debido a su comportamiento epidémico. Toda tuberculosis no comunicada directamente con la vía aérea pierde su capacidad de trasmisión. Puede presentarse de dos formas: Pleuresía asociada con tuberculosis primaria: Un foco de primo infección localizado a nivel su pleural progresa hasta comprometer la pleura. No hay invasión mico bacteriana importante de la cavidad, pero sí una reacción de hipersensibilidad marcada que se manifiesta con derrame. Sólo el 50% de los cultivos son positivos. El cuadro clínico se caracteriza por fiebre, pérdida de peso y dolor pleurítico del lado comprometido. Las radiografías muestran derrame de magnitud variable, con lesiones parenquimatosas poco comunes.

Historia natural de la enfermedad:

Etiología:
La bacteria una vez introducida en el pulmón forma una granula que es la infección primaria y esta se desarrolla y conforme pasa el tiempo esta se hace más grave o ya sea se recupera.
Factores:
Personas infectadas recientemente por las bacterias de la tuberculosis.
Personas con afecciones que debilitan el sistema inmunitario.
Convivencia con una persona que tiene la enfermedad de tuberculosis.
Es originario de un país donde la TB es muy común o lo ha visitado.
Vivir o trabajar en lugares donde la tuberculosis es más común, como un refugio para desamparados, una prisión o cárcel o establecimientos de cuidados a largo plazo.
Ser un trabajador de atención médica que atiende a clientes o pacientes con un alto riesgo de la enfermedad de tuberculosis.
Tener la infección por el VIH.
Es un niño menor de 5 años.
Infectarse con la bacteria de tuberculosis en los últimos dos años.
Tener  problemas de salud que dificultan que su cuerpo combata la enfermedad.
Fumar cigarrillos o abusa del alcohol o las drogas.
No se trató adecuadamente la infección de tuberculosis latente o la enfermedad de tuberculosis en el pasado.
Cuadro clínico:
En el comienzo de la enfermedad, las personas con tuberculosis pueden tener síntomas comunes a otras enfermedades, como son fiebre, cansancio, falta de apetito, pérdida de peso, depresión, sudor nocturno y disnea en casos avanzados; más cuando se agregan las aflicciones de tos y expectoración purulenta por más de quince días debe estudiarse, pues se considera un síntoma respiratorio.
Diagnóstico:
1. Antecedentes médicos
Los médicos deben preguntar al paciente si ha tenido antecedentes de exposición a la tuberculosis, ya sea la infección o la enfermedad. También es importante tener en cuenta los factores demográficos (p.ej., país de origen, edad, raza o grupo étnico, profesión) que pueden aumentar la probabilidad del riesgo de exposición del paciente a la tuberculosis o a la tuberculosis resistente a los medicamentos. Además, los médicos deben determinar si el paciente tiene afecciones o trastornos médicos, especialmente la infección por el VIH, ya que estas aumentan el riesgo de que la infección de tuberculosis latente se convierta en enfermedad de la tuberculosis.

2. Examen físico
El examen físico puede proporcionar información valiosa sobre el estado general del paciente y otros factores que podrán influir en el tratamiento contra la tuberculosis, como la infección por el VIH y otras enfermedades.

3. Pruebas para detectar la infección por tuberculosis
Para detectar la infección por M. tuberculosis se puede utilizar la prueba cutánea de la tuberculina, también conocida como método de Mantoux (TST, por sus siglas en inglés), o la prueba de sangre para detectar la tuberculosis. Se necesitarán otras pruebas para confirmar que la persona está enferma de tuberculosis. La prueba cutánea de la tuberculina o de Mantoux se realiza inyectando en la parte inferior del brazo una pequeña cantidad de líquido llamado tuberculina. Entre 48 y 72 horas después, un miembro capacitado del personal de salud interpreta la prueba al buscar una reacción (induración) en el brazo.

La prueba de sangre para detectar la tuberculosis mide las reacciones del sistema inmunitario del paciente al M. tuberculosis.

4. Radiografía de tórax
La radiografía de tórax anteroposterior se utiliza para detectar anomalías en el pecho. Las lesiones se pueden presentar en cualquier parte de los pulmones con tamaño, forma, densidad o cavitación variable. Estas anomalías pueden ser un indicio de tuberculosis, pero no son suficientes para hacer un diagnóstico definitivo de la enfermedad. Sin embargo, una radiografía de tórax puede servir para descartar la posibilidad de tuberculosis pulmonar en una persona que ha tenido una reacción positiva a la prueba cutánea de la tuberculina o a la prueba de sangre para detectar la tuberculosis y que no tiene síntomas de la enfermedad.

5. Microbiología diagnóstica
La presencia de bacilos acidorresistentes (BAAR) en un cultivo de esputo o de otra muestra a menudo indica que la persona está enferma de tuberculosis. El análisis microscópico de bacilos acidorresistentes es una técnica fácil y rápida, pero no confirma el diagnóstico de la tuberculosis porque algunos bacilos acidorresistentes no son M. tuberculosis. Por lo tanto, para confirmar el diagnóstico se hace un cultivo de todas las muestras iniciales. (Sin embargo, no siempre es necesario obtener un resultado positivo en el cultivo para comenzar o continuar el tratamiento contra la tuberculosis.) Un resultado positivo en el cultivo de M. tuberculosis confirma el diagnóstico de la enfermedad de la tuberculosis. Los análisis de todos los cultivos de las muestras se deben completar, independientemente de los resultados de los frotis de BAAR. Los laboratorios deben notificar al proveedor de atención médica primaria y a los programas estatales o locales de control de la tuberculosis los resultados positivos de los frotis y de los cultivos de las muestras en un lapso de 24 horas; esta notificación, requerida por la ley, puede ser por teléfono o fax.

6. Resistencia a los medicamentos:
En todos los casos, la cepa de M. tuberculosis aislada por primera vez debe analizarse para determinar su resistencia a los medicamentos.  Es muy importante identificar esta resistencia a los medicamentos tan pronto como sea posible para garantizar un tratamiento eficaz. Deben repetirse los patrones de sensibilidad a los medicamentos en los pacientes que no respondan adecuadamente al tratamiento o que hayan tenido resultados positivos en sus cultivos pese a que han recibido tratamiento durante 3 meses. Los resultados sobre los patrones de sensibilidad obtenidos en el laboratorio deben notificarse inmediatamente al proveedor de atención médica primaria y a los programas estatales o locales de control de la tuberculosis.






Colesistitis

la presencia de cálculos. La colecistitis puede ser aguda o crónica; la aguda se manifiesta por dolor en el cuadrante superior derecho del abdomen, escalofríos, fiebre, ictericia y malestar cInflamación de la vesícula biliar. Suele estar provocado por un proceso infeccioso o por on náuseas y vómitos. 
   
Historia natural de la enfermedad
 Etiología:
La colecistitis aguda puede ser litiásica, cuando se genera por la impactación de un cálculo en algún sitio del sistema de drenaje de bilis y alitiásica cuando la anatomopatología no existe cálculo. Esta es más compleja de explicar, de entender y de diagnosticar, ya que sus causas obedecen fundamentalmente a virus como es el caso del virus de Epstein-Barr, la familia Herpesviridae, o a bacterias como el género Salmonella, entre otras.
La colecistitis crónica obedece en su gran mayoría a la presencia de un cálculo incapaz por su tamaño de impactar contra el conducto. Se abre paso a la horadación constante de la mucosa, con la consecuencia siempre clásica, de lo que sucede cuando un tejido es sometido a un daño cronificado: a saber la patología neoplásica.




Factores:
Cálculos biliares. La mayoría de los casos de colecistitis están vinculados a cálculos biliares. Si usted tiene cálculos biliares, usted está en alto riesgo de desarrollar una colecistitis.
Ser mujer. Las mujeres tienen un mayor riesgo de cálculos biliares que los hombres. Esto hace que las mujeres sean más propensas a desarrollar una colecistitis.
Edad avanzada. A medida que envejece, su riesgo de cálculos biliares aumenta, al igual que el riesgo de colecistitis

Cuadro clínico:
Se caracteriza por dolor en región de cuadrante superior derecho del abdomen, el cual puede ser de moderado a intenso, tipo cólico o punzante. El dolor aumenta con la ingesta de alimentos muy condimentados, irritantes, grasas, café, chocolate; y disminuye con la deambulación y el ayuno (en algunas ocasiones).
Este dolor puede tener una duración mínima de 5 a 10 minutos o durar varias horas. En muchas de las ocasiones este dolor se puede irradiar a la espalda o hacia el hombro derecho. La intensidad del dolor y su duración no es proporcional al grado de lesión o afectación. En algunas ocasiones se suele acompañar de descargas vágales o adrenérgicas, que se manifiestan por sudoración fría excesiva, náuseas, y vómitos de contenido gástrico.
Diagnóstico:
La colecistitis aguda suele producir dolor en cuadrante superior derecho persistente, típico en la exploración física por el médico. Puede acompañarse de náuseas, vómitos e inquietud. En caso de infección, suele aparecer fiebre, malestar general e ictericia (no siempre está presente, la coloración amarilla típica de la piel y las membranas en la ictericia se acompaña de orinas más oscuras y de heces blandas de color claro). Junto a la historia clínica y la exploración física, el diagnóstico suele confirmarse mediante la ecografía abdominal. Actualmente es muy frecuente, ante la clara sospecha de litiasis biliar, la realización de la ecografía por laparoscopia intraoperatoria, que permite la extirpación de la vesícula biliar si se confirma el diagnóstico en la misma operación.
El dolor referido al hombro derecho en los procesos agudos hepatobiliares y postcirugía laparoscópica se explica por la irritación del peritoneo de la región afectada. Este se encuentra inervado por el nervio frénico (que inerva al músculo diafragma) originado en el plexo cervical (III a IV) el que también origina nervios sensitivos y motores para la región del hombro. Este síntoma también suele verse en el embarazo ectópico por irritación de la sangre en el espacio su frénico. Algo similar puede encontrarse en las pancreatitis agudas con dolor referido al hombro izquierdo (signo de Von Eisemberg)
En casos en los que mediante la ecografía no es posible confirmar el diagnóstico, puede ser necesario realizar otras pruebas complementarias como el estudio con contraste de las vías biliares (col angiografía) y CPRE (Colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica) tipo de endoscopia en el cual se pasa a través del esfínter de Oddi para observar la vesícula biliar y el páncreas

Tratamiento:
El tratamiento definitivo de la colecistitis es una intervención quirúrgica, llamada colecistectomía; existen dos tipos, la abierta y la laparoscópica. La laparoscópica es preferente ya que tiene una recuperación más rápida que con la abierta, debido a que solo son de tres a cuatro incisiones pequeñas en el abdomen; quedando puertos quirúrgicos más no una herida quirúrgica de gran tamaño y la colocación de un drenaje (penrose) en un ojal cutáneo al costado de la herida quirúrgica, haciendo esto para prevenir abscesos.
El momento de realizar dicho tratamiento suele depender del tiempo de evolución del cuadro clínico. Una colecistitis aguda de menos de 48 horas de evolución puede ser de urgencia, mientras que si lleva ya más de 48 horas se realiza cirugía diferida a los 3-4 meses con tratamiento médico y controles, siguiendo una dieta baja en grasas.
El tratamiento médico es terapia antibiótica y analgésica.